Hace un mes atrás comenzó una aventura. Un nuevo camino, sin riesgos y con pocas emociones. Un tipo lleno de dudas comenzaba a navegar en un mar de incertidumbres, sin un rumbo deseado. Es así como este blog comenzó a funcionar.
A media máquina es que comencé a escribir. Hoy esa media máquina se ha reducido a un cuarto.
El cansancio universitario no ayuda mucho y los múltiples proyectos en los que uno se va enrolando hacen que de a poquito uno se vaya olvidando y dejando de lado este Blog.
Al fin y al cabo, el blog se llama "el periodista sin rumbo".
Pero, si hay algo que podría levantarme el ánimo, son mis lectores.
Pocos tengo, pero pensé que serían menos.
Pocos tengo, pero pensé que serían menos.
Mi ayudante, Google analytics, me ha permitido visualizar a mi público.
De hecho, este pequeño gráfico circular me permitió ver desde dónde es que vienen mis visitas.
La mayoría es gente que ha coincidido con un enlace en algún otro sitio.
Algo de esperar si pensamos que este blog es parte de un curso de la Universidad Diego Portales (UDP).
El segundo gráfico, que corresponde a un mapa mundi, fue un poco más bizarro. Tenía una visita de Alemania...
¿A qué alemán le puede interesar un chileno hablando tonteras?
¿Habrá entendido algo?
En fin, son pocos mis lectores, pero me motivan para poder seguir escribiendo de cosas burdas, pero profundas.
Mientras exista alguien dispuesto a acceder a mi página (aunque sea por error) yo estaré dispuesto a seguir escribiendo.
A fin de cuentas, soy el mejor desinformante de este país.
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