martes, 23 de septiembre de 2008

Bang-Bang-dera.


Una bandera es un símbolo. Una representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada.

Entonces, para hablar de nuestra bandera, de ese blanco, azul y rojo que cuelgan en el mes de septiembre sobre los mástiles de muchas casas chilenas, debemos hablar primero de los rasgos que nos unen como chilenos.

Más allá del simbolismo de los colores (el rojo dicen que es por la sangre araucana, el azul por el mar y el blanco por la cordillera) existen varias facetas que el chileno cree que nos representan y hacen parte del imaginario común.

Por ejemplo, eso de que el chileno es pillo. Hay desde chistes hasta anécdotas que tratan de respaldar esta afirmación. De hecho, uno de nuestros más grandes héroes (finalista del bizarro concurso de "Grandes Chilenos"), Manuel Rodríguez, es una muestra de esta pillería criolla.

Pero, yo tengo casos que demuestran lo contrario. ¿Alguien se acuerda de ese pobre hombre que después de los atentados en el World Trade Center, se le ocurrió decir en un avión que llevaba una bomba? ¡¡¡Grande!!! Una muestra de que el chileno también posee esa faceta innocente de pensar todo el rato en la talla, sin ver las consecuencias.

Otra cosa típica del chileno es el arribismo. Mucho tiempo estuvo de moda andar con celulares de palo o llenar el carrito del supermercado hasta llegar a la caja para después tan sólo comprar dos cosas. Ese afán del chileno de querer parecer de la "High Society" siendo que no se tiene niuno en el bolsillo. Nuestro escudo podría de hecho decir "POR LA RAZÓN O LA APARIENCIA". Y esto no a nivel de algunos compatriotas, sino que a nivel nacional. Por ejemplo, decir que somos un país en vías de desarrollo. ¡¡Mentira!! Los jaguares de América. ¡¡Para la risa!!
En fin, es así el chileno y es eso quizás lo que debiera representar nuestra bandera. En vez de la estrella una chicha. En vez del huemul, un perro con tiña. En vez del condor, una paloma de la Plaza de Armas. De esta manera, nuestro país sería más sincero... pero hay que guardar las apariencias.




No hay comentarios:

 
Blogalaxia